Rolex 1908: 39 mm, oro blanco con correa de piel de aligátor, m52509-0006

Cada esfera es una pequeña obra de arte. La individualidad inherente al reloj se deriva de su color, reflejos y rugosidad de la superficie, así como de los acentos decorativos y el diseño general. Todas las facetas de la concepción y fabricación de las esferas Rolex se llevan a cabo internamente. Desde los primeros bocetos hasta la última inspección, que puede incluir la coloración o la aplicación de apliques, el procedimiento conlleva una serie de fases y operaciones que requieren conocimientos especializados. Algunos de estos oficios, como el esmaltado, tienen sus raíces en la historia temprana de la relojería. Otras implican el uso de tecnología punta; un ejemplo es el pulverizado con magnetrón, un sofisticado método para colorear la superficie de una esfera depositando una fina capa de material en el vacío.